La religión de los antiguos griegos era politeÃsta, lo que significa que habÃa muchos dioses y diosas. También hubo una jerarquÃa de las deidades, con Zeus, el rey de los dioses, con un nivel de control sobre todos los demás. Cada deidad en general habÃa un cierto dominio sobre un aspecto de la naturaleza, por ejemplo, Poseidón se pronunció sobre el mar y Artemisa se pronunció sobre la Luna. Otras deidades se pronunciaron sobre un concepto abstracto como Afrodita la diosa del amor. Algunos dioses también se asocian especÃficamente con una ciudad particular. Por ejemplo, Atenea se asoció con la ciudad de Atenas, Apolo con Delfos y Delos, Zeus con Olimpia, y Artemisa con Éfeso.
Aunque fueron inmortales, los dioses griegos no eran todo poderosos. Ellos tenÃan que seguir y obedecer al destino. Por ejemplo, en la mitologÃa, el destino de Odisea era volver a su hogar en Itaca después de la guerra de Troya, y los dioses sólo podÃan prolongar su viaje y hacerlo más difÃcil, pero no pudieron detenerlo.
Los dioses más poderosos eran conocidos como los OlÃmpicos, que eran doce. La mitologÃa cuenta que residÃan en la cima del monte Olimpo. Los doce OlÃmpicos eran Zeus (dios del trueno y el cielo), Hera (diosa de la familia), Poseidon (dios del mar), Deméter (diosa de la tierra y las cosechas), Ares (dios de la guerra), Hermes (dios del comercio), Hefesto (dios de metalurgia), Afrodita (diosa del amor), Atenea (diosa de los héroes), Artemisa (diosa de la Luna), Hestia (diosa del hogar), y Apolo (dios de la luz). Aparte de los OlÃmpicos, existÃan muchas otras deidades menores, como Dioniso (el dios del vino), y Asclepion (dios de la medicina).
Hacia el final de la época clásica y durante la época helenÃstica, un número de filósofos griegos empezaron a cuestionar las mitologÃas tradicionales de sus antepasados y ofrecer hipótesis alternativas sobre el origen del universo. Aristóteles postuló vagamente la existencia de un único ser supremo a que se refirió en su libro MetafÃsica como el "Primer Motor". Aunque si tenÃa la intención de decir que el "primer motor" era realmente un ser consciente, o simplemente una fuerza de la naturaleza está abierto a interpretación.
Durante la época helenÃstica, un número de filósofos griegos eran ateos o agnósticos. Teodoro el Ateo negó la existencia de los dioses, Estratón de Lámpsaco adoptó un enfoque más agnóstico, en el que Dios era simplemente una fuerza inconsciente de la naturaleza. Mientras que Epicuro utiliza un argumento lógico para postular que la existencia del mal en el mundo es prueba de que Dios o los dioses no interfieren con la vida humana, o son incapaces de hacerlo. Esta paradoja lógica es comúnmente conocido hoy en dia como el enigma de Epicuro:
"¿Es que Dios quiere prevenir la maldad, pero no es capaz? Entonces no serÃa omnipotente. ¿Es capaz, pero no desea hacerlo? Entonces serÃa malévolo. ¿Es capaz y desea hacerlo? ¿De donde surge entonces la maldad? ¿Es que no es capaz ni desea hacerlo? ¿Entonces por qué llamarlo Dios?"(Fuente)